jueves, 26 de febrero de 2009

La vida es un juego



Dicen que todos somos iguales, mentira. Hace poco conocí a un niño de catorce años, esperaba el autobús , y su cara estaba llena de tristeza. Su mirada me llamaba, y le pregunté que le ocurría. Me dijo que ese día se había enterado de que su padre se estaba muriendo. Y como no pudo soportar el dolor se había fumado un montón de porros. Decía que se quería morir él también, y que se tiraría a la ría. Nos subimos juntos al autobús, y durante diez minutos traté de convencerle de que la vida era un regalo. Sus ojos eran de una tristeza infinita, y se abrían con asombro cuando le dije que no podía perderse la experiencia de enamorarse. No dejaba de decir : sólo soy un niño...
Le acaricié la cara y le hice prometer que al llegar a su casa abrazaría a su madre. Después decimos que la vida es un juego, ¿ pero quién reparte las cartas? El sólo es un niño asustado, y no entiende a los mayores. Sólo desea dejar de sentir miedo, y unos brazos que le abracen.Recordaré siempre su mirada.

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