
La foto la hice hace tiempo y es una de mis favoritas. Ahora que empieza la primavera, siembro mis ideas en proyectos que un día imaginé. No es fácil caminar por senderos donde sólo se intuye la luz, y donde cada paso es una aventura. A veces el barro y la lluvia hacen el camino lento, pero hay días en los que el sol se convierte en un dios que alimenta y calienta el alma. Sin embargo nada es comparable a la dicha de ver felices a las personas que amamos. Ellas son luces que iluminan el camino, aunque el camino muchas veces se torne sombrío. En primavera surge le nuevo la vida, despertando del sueño de un largo invierno.
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