
En estos momentos en los que el país se debate en propuestas, un ciudadano lanza una idea. El cartel lo vi en un comercio donde había de todo. Se podía arreglar un reloj, comprar un mueble antiguo, e incluso en la trastienda recibir clases de inglés. Sus dueños tienen claro que nadie va a venir con soluciones mágicas a la crisis, así que ellos ofrecen la posibilidad de pagar en especie. Hay gente que lleva unas herramientas y con eso paga el arreglo de una televisión. Lo más curioso es que en ese momento la televisión ya tiene dueño, porque entra alguien que la necesita y deja a cambio unos libros que el dueño de la tienda venderá a bajo precio. Y todos tan contentos.....y con la sonrisa siempre puesta. Todavía quedan quijotes.....
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