
Me gustan los lunes, y los comienzos de un nuevo año. Es como disponer de un cuaderno lleno de hojas, esperando a ser escritas. Todas blancas , desafiantes en su desnudez, mirándonos insolentes.... El problema es el poco control que tenemos sobre nuestras vidas. Casi nada está en nuestras manos, imaginamos que sí pero nos engañamos. Lo organizamos todo y de repente todo cambia, sin aviso, sin un simple mensaje. Aunque a veces, si sabemos crear silencio y escuchamos ese ruidito que viene de dentro.......si que percibimos cosas. Pero empezamos a racionalizar y lo estropeamos todo. No nos escuchamos, el ruido exterior nos vuelve torpes e idiotas. Y no recordamos que prometimos vivir disfrutando de las pequeñas cosas, que prometimos amar sin egoísmos, tantos detalles.... olvidando que cada minuto es la cuna que mece la siguiente hora.
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