
Siempre me han gustado las ventanas y los balcones. Parecen que hablan si uno se detiene a observar. A veces mirando imagino cómo son las personas que viven dentro, trato de adivinar sus gustos y sus vidas. Hay ventanas que hablan de pobreza y otras de soledad. Me gustan sobre todo los que tienen puntillas y un montón de tiestos llenos de flores. Sospecho que dentro sus habitantes son románticos, y que aman con pasión la vida.
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