domingo, 28 de febrero de 2010

Berlín


He vuelto de viaje de una cuidad llena de silencio y me ha encantado. Estaba nevada y sus calles blancas respiraban belleza. Había tantos eventos relacionados con el arte, que me costó decidir que ver primero. Se respiraba el paso de la historia en edificios con la misma baldosa, como queriendo dejar claro que habían sido todos ellos de la misma persona. En este caso más bien de un régimen.

Era impresionante caminar y contemplar tantas huellas que hablaban de unos tiempos en que la gente vivía en el temor. Dicen que la ciudad se llena de artistas que quieren buscar respuestas y plasmar en sus obras sus emociones. En el museo dedicado al muro de Berlin vi obras que eran como un grito desgarrado, sin necesidad de palabras, todo estaba allí. Ropas, fotos de gente con miedo en sus caras, objetos de una época, y mucha tristeza en todas las imágenes.
Miré todo con avidez, tratando de imaginar que pasó por la mente de esas personas que hicieron el muro ¿acaso tenían el corazón lleno de cemento y con él crearon sus fantasmas? Nadie puede dar lo que no tiene.........
Berlin es como un amante con pasado oscuro que quiere ser redimido.Volveré.



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