
Era impresionante caminar y contemplar tantas huellas que hablaban de unos tiempos en que la gente vivía en el temor. Dicen que la ciudad se llena de artistas que quieren buscar respuestas y plasmar en sus obras sus emociones. En el museo dedicado al muro de Berlin vi obras que eran como un grito desgarrado, sin necesidad de palabras, todo estaba allí. Ropas, fotos de gente con miedo en sus caras, objetos de una época, y mucha tristeza en todas las imágenes.
Miré todo con avidez, tratando de imaginar que pasó por la mente de esas personas que hicieron el muro ¿acaso tenían el corazón lleno de cemento y con él crearon sus fantasmas? Nadie puede dar lo que no tiene.........
Berlin es como un amante con pasado oscuro que quiere ser redimido.Volveré.
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