O soño da materia

Después de un año preparando una exposición de escultura, puedo ver con mucha satisfacción los resultados. Cuando llegué al auditorio de Orense era un manojo de nervios. Toda la noche imaginando como iba a colocar cada escultura, esperando el amanecer para emprender un nuevo desafío. En la rueda de prensa hubo gente joven que me hacia preguntas con mucho interés. Sentía que el momento no me pertenecía, quizá por la certeza de estar siempre aprendiendo y no saber nunca nada.
Me gustó mucho estar respaldada por dos mujeres brillantes, la concejala de cultura Isabel Perez y la directora del museo Eva Torres. Ellas hicieron fácil que me relajase, y pude explicar con calma en que consistía "O soño da materia" .
Nunca hasta ese momento había visto todas las obras juntas, muchas de ellas eran un pequeño homenaje a ese mundo rural del que procedo. Una gran rueda de carro ocupaba el centro de la sala. Dentro de ella unas piedras de porcelana en azul añil, como símbolo del camino que a lo largo de los años recorrió. Ahora ya estoy pensando en una nueva aventura, no sé todavía en que consistirá, pero estoy segura que mi compañera de viaje sera la pasión. Sin ella nada me parece real.