Cuando empieza un nuevo año, todos hacemos nuevos proyectos. Por lo menos intentamos mejorar nuestra vida aunque sea en cosas pequeñas. Pero a mi me ocurre algo curioso. Miro hacia atrás aunque sea de reojo. Mas que nada para ver todo lo que he vivido y no olvidarlo. Han sido meses en los que a veces la impotencia por la falta de tiempo me ha puesto nerviosa. Son muchas ideas pululando en mi mente que luchan por salir. Pero la vida me recuerda que nada ocurre si mas, que todo forma parte de mi destino ( ? ).
Una experiencia en especial me ha hecho sentir feliz. He conocido unos artistas que hacen cine. Son jóvenes llenos de ilusión, y saben crear un ambiente cálido. Casi no miran el reloj, se comunican desde dentro, hablan sin prisas, quizá porque saben el valor del silencio. Ellos lo viven cada día, cuando intentan transformar una idea en imágenes. No es fácil, pero disfrutan con su trabajo y no se quejan, hacen proyectos continuamente, incluso cuando van conduciendo. A su lado he aprendido mucho, son humildes como solo saben serlo las mentes brillantes, y además tienen el espíritu necesario para enfrentarse a lo que sea: son en definitiva un buen equipo lleno de complicidades. Gracias amigos por hacer conmigo una parte de mi camino.
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