miércoles, 24 de septiembre de 2014

Un año para seguir pensando

La verdad es que las redes sociales me gustan pero no dispongo de tiempo para saciar mi curiosidad de aprender. Hay tanta información, que procuro quedarme sólo con temas que realmente me enseñan algo. Aunque la relación con mis seres queridos no sea siempre tan profunda como a mí me gustaría. no cambio ese calor humano por nada. Mirar a los ojos cuando me cuentan algo, no tiene precio. En ellos a veces veo cosas que los labios no han dicho. Las palabras limitan, las miradas acercan.Quizá por eso cada día aprecio más una charla, a ser posible con algo rico para comer. Y por supuesto con un buén vino. Vamos, que me gustan mucho las tertulias, pero sin mirar al reloj. Como las que tuve hace poco con mis amigas en mi casita del pueblo.Sólo con recoger pimientos en la huerta nos sentíamos felices. Y comiendo las verduras recién cortadas, con ese olor que despiden que hace que olvidemos las que venden en las ciudades.Fueron unos días para descansar y dejarse llevar.Al regreso a nuestras vidas todo nos parecía casi perfecto. Desde lejos valoramos más lo que tenemos, y todas tenemos mucho. Amamos y somos amadas.
Ahora trabajaré con más ganas preparando mi próxima exposición. Todavía no he terminado con algunas obras y tengo pendientes algunos montajes.! Cómo me gusta tocar el barro y soñar que cobra vida en mis manos !


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